“Pintor noveldense, nacido en 1846, que llegó a alcanzar renombrada fama.
Desde niño manifestó gran afición al dibujo, entrando en contacto con pintor que había regresado de Francia, de quien recibió las primeras lecciones. Más tarde fue enviado por sus padres a Valencia para estudiar pintura, cursando varios años en la Academia de San Carlos, obteniendo notas muy brillantes. Posteriormente se traslada a Madrid, ingresando en la de San Fernando, que dirigía don Carlos Aes, logrando también buenos resultados.
Presionado por unos señores franceses, con quienes le unía una gran amistad, para que dejase los estudios y se quedase con ellos, ofreciéndole un empleo de contable, Rafael Alberola abandona la pintura como profesión y la cultiva como aficionado con gran entusiasmo, dedicándose a la acuarela.
La mayor parte de su vida la pasó en Madrid; y en la Corte, en unión de varios de los principales artistas de su época, tales como Padrilla, Ferrán, Domingo Gomar, Jover, Placencia, Martín Rico y otros, interviene en la fundación de la Sociedad de Acuarelistas, siendo secretario de la misma durante todo el tiempo que rigió, salvo ocho días que, con carácter interno, desempeñó la presidencia, a raíz del despido del que fue su presidente, don Bernardo Rico, el cual trabajó mucho hasta que consiguió en unión de otras personas, fundar el Círculo de Bellas Artes, que trajo una precaria vida a la Sociedad de Acuarelistas, la cual al pasar algún tiempo se disolvió. La prensa madrileña se ocupó en varias ocasiones de dicha Sociedad, destacando la labor de Alberola como secretario.
Las acuarelas de nuestro paisano se llegaron a cotizar a tan altos precios como las de las primeras firmas. Fue uno de los pioneros en pintar telas de abanicos, que un tal Bach se las pagó a precios muy elevados.
En reiteradas ocasiones fue requerido por sus amigos, y entre ellos grandes pintores, a que dejase su profesión de contable y se dedicara de pleno a la pintura, aunque no quiso acceder por conocer la vida miserable de algunos destacados artistas, como por ejemplo, la de su amigo Casimiro Sáinz.
Cuando en junio de 1894 se celebró la primera exposición de Bellas Artes en Alicante, a la que concurrieron más de medio centenar de artistas premiados, entre ellos Sorolla, Pinazo, Agrasot, Cutanda, Pla, Saint Aubín… Rafael Alberola fue uno de los miembros más significativos del jurado.
Llevó a cabo varias exposiciones de sus obras, mereciendo los más destacados elogios de importantes personalidades, sobresaliendo los de un profesor de dibujo de la Academia de San Fernando de Madrid, apellidado Mallebrera, quien quedó muy complacido de sus acuarelas, poniendo a su autor a la altura de los mejores acuarelistas contemporáneos y calificando los dibujos y algunos óleos como envidiables.
Estando de alumno en la Escuela de San Fernando, fue discípulo de Federico Ruíz, de quien aprendió importantes técnicas pictóricas, además de recibir sabios consejos que tanto habrían de valerle para el futuro.
Además de celebrar exposiciones, concurrió a varios certámenes organizados en distintos puntos de la geografía española. En 1871 tuvo lugar uno en Madrid de carácter nacional, al que se presentó con buen resultado, si bien uno de los mayores éxitos de toda su carrera artística lo alcanzó en 1885, en Cádiz, con motivo de la exposición celebrada en dicha ciudad andaluza, donde fue galardonado con una medalla muy importante, que representó mucho para el pintor.
Rafael Alberola Berenguer, notable acuarelista de fama nacional, falleció el año 1923. El Ayuntamiento de Novelda, durante unos años, convocó un certamen bienal de pintura que llevaba su nombre.”
(Información extraída de: Aldeguer Jover, Francisco. Gente de Novelda)
Su discípulo y gran amigo, el noveldense Francisco Esteban escribió en 1925 un apunte biográfico de Alberola, en el que se lamentaba de que este buen acuarelista hubiese caído en el olvido para sus paisanos, y en un sincero intento de promocionar a su maestro propuso, a título póstumo, la organización de una exposición de sus obras en Madrid, con la que contribuiría a restituir la merecida fama de la que gozara en otros tiempos. Exposición que nunca llegó a organizarse.
El pintor Mario Candela, definía así su obra:
- ... buen dibujante que, en sus paisajes, contrapone las líneas fluidas del último término a las texturas de las masas sombreadas del primero, la minuciosidad de las partes que le interesan de éste a la simplicidad de aquel."
En octubre de 2018, se celebró una exposición antológica de obras de Rafael Alberola Berenguer, junto con las de su gran amigo y dibujante noveldense Francisco Esteban, en la Sala de Exposiciones del Centro Cultural Gómez-Tortosa, organizada por la concejalía de Cultura y Patrimonio Histórico y gracias a la aportación de obras de la familia Estéban, fundamentalmente.