MARIANO BELTRÁ ALEMANY (1915-1997)
Nacido del tío Mariano “El Babau” y de Trinidad Alemany, tuvo dos hermano Concheta y Miguel y muy pronto tuvo que compaginar el trabajo de la construcción con sus dos grandes e inseparables pasiones, el atletismo y la gramática. Quizás influenciado por el acontecer mundial, marchó a realizar en tiempos de la República su formación castrense en la Academia Militar de Zaragoza, donde se graduó como Oficial del Ejército. Terminada la desdichada Guerra Civil, y tras varios años de faltar de su Novelda natal, volvió y se casó con Encarnación Alted López con quién tuvo dos hijos, uno de ellos falleció prematuramente y quien os escribe estas humildes palabras, Mariano Beltrá Alted quien con toda probabilidad casi todo se lo debe a él.
Su formación intelectual, le llevó a “ejercer” de maestro de escuela ante un buen número de jóvenes noveldenses que no tenían la oportunidad de asistir como el resto de los niños debido a su precaria situación de la postguerra y que aprendieron a leer y escribir en su casa del popular Barrio de San Roque.
Sus inquietudes sociales le hicieron colaborar durante varios años en la Comisión Delegada de Festejos de nuestro Ayuntamiento en la que no sólo participó activamente como miembro, sino que escribió espléndidos artículos literarios en esta misma Revista [Betània], de la que entre otros fue fundador.
Fue un extraordinario conocedor de nuestra gramática y ortografía hasta el extremos de que se relacionaba con ilustres miembros de la Real Academia de la Lengua Española con quienes consultaba y discernía postulados sobre literatura y sus grandes posibilidades por ser una de las lenguas más habladas y escritas en el mundo, y de quien aún conservo una excelente enciclopedia de Don Julio Casares, auténtico y preciado tesoro que guardo con especial recuerdo. De estas aficiones, en el año 1960 le escribió un hermoso epitafio a su amigo y artista Gaspar Vicent a quién se lo leyó en la entonces popular emisora de Radio Elche, y que según testimonio de sus familiares fue tremendamente emotivo.
Pero sin lugar a dudas, su incontrolada pasión fue el deporte y especialmente el atletismo (entonces más conocido como el pedestrismo) donde alcanzó cotas de alta popularidad y fue un destacado atleta provincial en numerosas pruebas nacionales, regionales y locales. Tiene un curioso récord en su mítica Sierra del Cid: ascender desde la antigua fábrica de las Lonas hasta la cima en menos de dos horas, y que tuvo que repetir ante la atónita mirada de algunos de sus amigos íntimos que no se creían tal proeza. Para la postrera ocasión de repetir tan singular récord, la entonces Federación Provincial puso árbitros estratégicamente situados a lo largo del recorrido para dar fe del tiempo utilizado y catalogarlo como tal. En una hora y casi cincuenta minutos consiguió entrar en Novelda ante los aplausos de numeroso público congregado a tal fin. Me recordaba mi padre que tuvo un curioso premio: unos fabricantes de calzado de Almansa, que se desplazaron para ver la prueba, le regalaron unos zapatos hechos a medida que jamás llegó a estrenar y que guardó como un preciado recuerdo de aquel imborrable momento, posteriormente algunos cazadores bautizaron con el nombre de espolón de Beltrá uno de los itinerarios favoritos de la Sierra del Cid. En su actual casa había un solar donde improvisaron un gimnasio y en el que muchísimos noveldenses realizaban prácticas deportivas, y le servía de punto de partida para sus largas y marathonianas carreras.
Su disciplina, tenacidad, sacrificio y gran fuerza de voluntad fueron valores importantes en su personalidad y que nos ha dejado como ejemplo para afrontar los cometidos que la propia vida nos plantea. Y así fue como luchó hasta los últimos momentos de su vida en aquel imborrable 9 de marzo de 1997, en el que nos dejó para siempre y empezó su más larga carrera hacia la eternidad.”
Texto de Mariano Beltrá Alted. Publicado en la revista Betania 1997