"Aunque vino al mundo en la localidad hermana de Hondón de las Nieves, en enero de 1883, de madre noveldense, a Manuel Bonmatí Abad se le puede considerar de aquí, pues en Novelda comenzó a residir desde temprana edad y en esta ciudad se desarrolló toda su vida, dedicándose a la agricultura y ocupando destacados puestos públicos, entre otros, el de alcalde.
Cursa los estudios primarios y más tarde el bachillerato en el colegio de don Pedro Navarro Follana. Abandona los libros y comienza a interesarse por la agricultura, cultivando la tierra de sus mayores, que él aumentaría, convirtiéndose en un destacado terrateniente con fincas en Novelda dedicadas al cultivo de uva de mesa, y en Yecla, donde la uva es para vino.
Siente gran preocupación por el aspecto técnico de los viñedos, de la conservación del fruto, e inventa y patenta los saquitos de papel "Valencinel-Manuel Bonmatí", marca que registra.
Se asocia con José María Navarro, el cura Margall, y en casa de éste, en la calle San Roque, abren una fábrica donde se confeccionan los sacos.
La idea de los saquitos la sugirió por el año 1922. No existían insecticidas y sí un mal, el de una paloma que se metía en la uva y la picaba, dejando una enfermedad conocida por el nombre de "cochillis". Fue entonces cuando inició la fabricación de los saquitos, que eran de papel y estaban cerrados por debajo. Para esta operación contaban con veinte máquinas Singer que cosían los sacos, con los que se cubrían los racimos que quedaban resguardados. El invento tuvo una notable aceptación, paralizándose su fabricación con la llegada de la República, vendiendo la fábrica cuando la guerra, deshaciéndose la sociedad.
También fue idea suya el empaquetar las cepas con papel de embalar, que era atado a aquéllas. En una ocasión llegó a Novelda el ministro de Agricultura del Gobierno de Gil Robles, quien pudo contemplar la eficacia, quedando muy complacido del sistema.
En una finca de su propiedad, situada a escasos metros de la carretera general Alicante-Madrid, llegó a existir un gran y hermoso palmeral. Se llamaba "Heredad de Vergara", sobre la que la prensa escribió lo siguiente:
Allí se han producido cuatro interesantes y bellísimos ejemplares de palmeras de tipo "Phoenix dactílipherus Linneo", que presentan la excepcionalidad de varios brazos o hijuelas hijos del tronco principal, en forma regular y simétrica y cargadas de abundantes racimos de exquisito fruto.
Numerosos han sido los visitantes para admirar tan preciosos ejemplares de palmeras hembras. Gentes de aquí y del extranjero.
Hombres de ciencia dedicados a estudios botánicos han prestado atención a la singular faceta hortícola del palmeral del señor Bonmatí donde la naturaleza se muestra tan pródiga y fértil.
Manuel Bonmatí prestó a esta finca una especial atención, hasta el punto de ordenar que se profundizasen las palmeras para poder coger el dátil con las manos, proporcionando así un mayor atractivo para quienes la visitaban.
Allá por los inicios de la década de los cuarenta se realizaron gestiones con el propósito de que fuese declarado monumento botánico nacional, coincidiendo con la visita realizada por las autoridades provinciales, con motivo de las fiestas patronales, pero no prosperaron.
La finca fue vendida a Aurelio Sala, pasando luego a tener otro propietario, al parecer, de nacionalidad francesa.
Además de concejal, en tres ocasiones, Bonmatí Abad ocupó el cargo de alcalde. La primera, desde el 22 de noviembre de 1913; luego, durante los años 1918-1919, y la última, desde abril de 1926 a marzo de 1930. Durante todo este tiempo se preocupó de mejorar la ciudad en todos los aspectos. Algunos proyectos se convirtieron en realidad y otros encontraron dificultades, especialmente, de tipo económico. De todos modos, dejó constancia de su afán de trabajo y buena voluntad. También fue presidente del Casino. "
Fuente: Aldeguer Jover, Fco. Gente de Novelda. Novelda, 1990