RICARDO GÓMEZ SORIA
Nace en Novela en 1942. Único varón en el seno de una familia con cuatro hermanas más. Sus primeros estudios los realizarán en la ciudad, pasando a los pocos años a un internado de Alicante donde estudiará los cuatro años reglamentarios del ‘Bachiller Elemental’. Al finalizar se decidirá por ingresar en la Escuela Normal de Magisterio para formarse como ‘Maestro Nacional’, lo cual le valdrá para ganar la plaza de maestro en una escuela de Villena en 1962. De esta etapa, Ricardo confesaría en una entrevista a la revista Ciutat de Novelda (2002) lo siguiente:
“Con 19 años marcho a trabajar a Villena, en una escuela unitaria que había en la Corredera. Lo primero que hago es subir al Castillo y escribir una carta a un amigo que hacía ‘la mili’ en Madrid. Villena me hechiza, su historia, su luz, su gente. Yo ya pintaba hacía algunos años, pero pienso que en Villena encuentro realmente un ambiente que me induce a pintar.”
Posteriormente, en esta ciudad haría varias exposiciones.
Además de su entrega a la enseñanza, Ricardo desde siempre desarrolló su gran pasión LA PINTURA. A propósito de esta faceta, él mismo se definiría de esta manera:
“Soy autodidacta, un autodidacta dentro de un ambiente no hostil, pero que no daba facilidades. Un hombre que en 1980 se pone a pintar, del natural, somo me aconsejó otro pintor. Soy pintor de la tierra y no de los hombres… el hombre está detrás de cada bancal y de cada paisaje; unas veces para quererlo, cultivarlos, cuidarlo, otras… para destruirlo. Esta última sensación no quiero que me interese, no la pinto, nada me dice… Busco otros lugares y me marcho más lejos, donde encontrar qué me habla la montaña o el valle, el cielo o la nube, o el sol.”
Persona comprometida e involucrada siempre con al cultural de Novelda. Se implica en cualquier manifestación artística que se programa, bien a título individual como formando parte de una colectivo. Es un pintor que ejercita -y domina- con maestría la pintura al aire libre: EL PAISAJE, sobre todo el cercano el Mediterráneo, que que abarca las sierras, montes, valles, parajes de estas tierras.
En la revista y artículo al que aludíamos, su entrevistador ‘juan Matamoros’, escribe de él:
“Porque un privilegio es tener la facultad de poder escuchar lo que la Naturaleza nos dice. Poder participar, como él puede, de los mensajes de luz, de limpio aire, de los rincones en donde aún los árboles crecen verticales en busca del sol. Ricardo escucha y la Naturaleza le habla, él lo cuanta a través de sus pinceles y ahí, en los cuadros, deja el mensaje: ‘quien quiera oír, que oiga’.”
Gómez Soria, siempre ligado a su tierra, desde hace años traslada su estudio a su finca de La Romana, en el paraje de La Boquera casi al pié de la Peña La Mina, donde durante muchos años continua su obra; donde continúa dejándose dominar por el espectáculo luminoso del cielo, de la luz que planea sobre la naturaleza que le rodea, la de nuestra tierra.
“Yo quisiera poderlo hacer con maestría… hago lo que puedo. Lo que no quiero es que duden de mi sinceridad”, comenta.
Y lo hace así siempre, desde la humildad del pintor autodidacta, de la persona sencilla e inteligente que es.
En los años 70, Ricardo abre una etapa en al que se dedica a la experimentación. Investiga con los colores, las superficies planas; busca nuevas formas de expresión, abandona -temporalmente- su peculiar impresionismo y se adentra en la sencillez, en un estilo cerca de ser ‘naïf’.
“Mi pintura da, creo, la medida de mi temperamento, no de mi forma de pensar. No busco una trascendencia. Dejo que la tierra, el paisaje, me diga cosas a mí. Yo no intento decir nada. La pintura la siento como una manera de ocupar el tiempo libre. Nada más. He pensado mucho en investigar materiales, técnicas, en la búsqueda de formas y, realmente, estoy en lo que hago, no en cómo lo hago. Allí donde estaba cuando empecé. No sé si seré buen o mal pintor; pero sí, me siento un poco como historiador del paisaje”.
Como pintor comprometido con el arte, se integra en varios colectivos de artistas, como el caso del ‘Cercle de Laguard’, donde junto con otros también inquietos pintores alicantinos, como Cubells, García Poveda, Garres, Palazón Oncina, Martínez Baeza o Palenzuela. En su Novelda natal formará parte, en torno a los años 2003-2005, de un grupo de artistas locales denominado ‘Els Cuatre Vents’, con quienes expone conjuntamente en varias ocasiones.
Ricardo lleva pintando toda la vida, más de 50 años avalan su trayectoria artística en la que también se aventura con otras técnicas, como es el diseño y elaboración de un gran mosaico en mármol de la tierra -ubicado hoy en EEUU-, como también en otro mural cerámico realizado para el colegio donde trabajó la mayor parte de su carrera como docente, el CEIP Jesús Navarro Jover.
Ricardo ha realizado innumerables exposiciones a lo largo de su etapa artística. La última individual en el Centro Cultural Gómez Tortosa en octubre de 2002. Posteriormente participará en otras exposiciones junto con el colectivo ‘Els Cuatre Vents’.
Ricardo Gómez Soria ha sido y es un pintor respetado y querido por las gentes de su tierra, de la que siempre ha obtenido su máximo reconocimiento y admiración.
(Fuente: Revista Ciutat de Novelda. Núm. 4. Octubre, 2002)
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