"Jesús Moreno Crespo es parte de San Pedro, es de la casa, puesto que es su colaborador parroquial desde siempre, y casi en exclusiva en el último decenio. A punto de cumplir 50 años, este hijo y nieto de sacristanes se declara “colaborador vocacional”, sobre todo con los mayores y con los enfermos, a los que ha asistido a través de su implicación en Cruz Roja o en la residencia de ancianos de Novelda. Su labor solidaria le llevó a formar parte de la Asociación de Fieles Laicos Hospitalité, que ayuda a los peregrinos que masivamente acuden a Lourdes buscando alivio físico y espiritual para sus males. Jesús está convencido de que la Virgen ya determinó su destino en 1958, cuando, todavía en el vientre de su mamá, viajó a la ciudad francesa por primera vez.
Su delicada salud y la evidente acondroplasia que padece no le han impedido desarrollar su vida y su trabajo con total dedicación, esmero y afán de perfección, todo ello acompañado de su particular sentido del humor. Madrugador impenitente (¡Dios Mío! Asegura levantarse a las cuatro y media de la madrugada, horas en las que yo no he entrado en la fase REM del sueño), dedica las primeras horas del día a su crecimiento espiritual, para después centrar su tarea en la Parroquia, donde se encarga de que todo esté listo y dispuesto para los diferentes oficios religiosos. Autodidacta en el aprendizaje de idiomas, domina el francés y el italiano, además, por supuesto, del castellano y el valenciano.
Jesús ha vivido la transformación del templo y se siente orgulloso de la imagen actual, pero también reflexiona sobre la transformación que debiera realizarse en los feligreses de San Pedro, que, como todo ser humano, solo “se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena” y acuden a la iglesia cuando necesitan ayuda y consuelo, olvidando que Dios debe estar presente en la vida de todos. Añora la presencia de gente joven en la parroquia y comparte la devoción noveldense por Santa Mª Magdalena, cuya entrada en San Pedro considera el momento más emotivo de todas las fiestas.
Jesús Moreno es parte de San Pedro, un rostro familiar para los noveldenses que transitan diariamente por nuestras calles y, por eso, quizás no resulta tan valorada su entrega solidaria."
Texto de Marieta Castaño y Magda Campos, publicado en la revista Betania 2008