JESÚS NAVARRO JOVER (1899-1988)
"Principalmente, un gran trabajador, sin la base que hoy se aprende en el Colegio que lleva su nombre. Nació en una casita de campo de l’Alforna Baixa hijo de una pareja que hubiera merecido un premio de natalidad: Quito y Sunsioneta[i]. Nada menos que 6 hijos, 4 varones, más revoltosos que una “pesta”, que bajaban al pueblo a trabajar, comprar y relacionarse.
Desde los 8 años rompía terrones para mantener la humedad de la tierra y acompañaba con buenas trazas a una burrita que obedecía sus órdenes.
Su padre era “mitgé” y tenía el derecho de vivir con su familia y una parte (¿mitad?) de las pobres cosechas, y hasta la recolección y la partición pasaban agobios. Desgraciadamente, a principios del siglo XX era una condición muy común en estas tierras pobres, sin agua y con lluvias escasas.
A los pocos años fue a trabajar a un taller de compañeros formando suelas de alpargatas en unos bancos parecidos a los pupitres de los colegios de estos años pasados en las clases. Horas y horas, faenas en el campo , horas interminables haciendo suelas para las fábricas de alpargatas y a las tantas de la noche, a casa del “Meste Colet”, a enseñarse a leer y a escribir y dos o tres reglas, pues algunas, como restar, no le caían bien.[ii]
Ya en edad militar no pudo reunir entre toda la familia 3.000 reales (750 pesetas=4,5 euros) para evitar ir a la Guerra de África: es decir, que iban a la defensa de la patria aquellos que no tenían posibilidades económicas. ¡Qué diferentes tiempos (1920)![iii]
[iv]Pronto la necesidad y su capacidad de trabajo le llevaron a imitar a otros comerciantes locales y a empezar a vender azafrán por todos los pueblos de España. Puso la marca de las personas que más a mano tenía, su hija Carmencita, y ésa es la bendita hora en que esa foto[v] se habrá reproducido 10.000 millones, repito, diez mil millones de esa figurita en papeles, cajas, tarros, botes, etc. en estos casi 80 años.
Muy a menudo decía que escolarizar a los jóvenes era la base del progreso y por la sugerencia de las autoridades, allá por los años 1975, la visita de unos amigos maestros nacionales y autoridades le hicieron la petición de estos miles de metros.
Tenía que llevar, lo puso como condición, el segundo apellido, no fuera que su hijo o sus nietos, del mismo nombre, pudieran atribuirse esa generosidad.
Pero pronto reparó en que su esposa, la que le “daba a los codos” (condición de aquellos que pasaron penurias en la niñez), no pasaba a la historia de su pueblo. Y por iniciativa, ya sin presiones de nadie, entregó otros miles de metros que llevarían en nombre de la misma: “Carmen Valero Díez”.
Como decía al principio, su principal condición fue ser un gran trabajador incansable, y los viajes y el devenir de la vida le dieron ocasión de aprender en experiencia lo que la escuela no tuvo tiempo y ocasión de proporcionarle.
Presidió la Cámara Agraria, también la Comunidad de Aguas, fue pionero en la explotación de uva embolsada y capitaneó el Casino[vi] tan emblemático. Con lo que sin tener ni idea aprendida en edad escolar dejó una huella en todos los que le conocieron…”
Texto extraído del artículo Quién era Jesús Navarro Jover, escrito por su hijo Jesús Navarro Valero para la publicación del libro conmemorativo 25 Anys d’Escola. XXV Aniversari Col.legi Jesús Navarro. Novelda, 2004
[i] Francisco Navarro Sala (Quito) y doña Concepción Jover Martínez (Sunsioneta).
[ii] “Su carrera empresarial la inició a temprana edad, "fabricando" suelas de alpargatas, asociado con una mujer conocida por la tía Toneta, la que, en unión de su marido, se encargaba de ponerle los ojetes y la lona, y que posteriormente, Jesús, se encargaba de vender, principalmente en Elche, a donde se trasladaba en carro o en tren, ya que en Novelda estaban muy baratas. Fue éste el primer "gran negocio" de Jesús con el que comenzaba a enfrentarse de verdad a la vida, recorriendo un largo camino lleno de obstáculos, ante los que nunca se arredró, y que fue salvando gracias a su enorme tenacidad.” (Gente de Novelda. Fco. Aldeguer Jover. Novelda, 1990)
[iii] “Llega la hora del servicio militar, y le toca en suerte Melilla, donde lo estaba prestando su hermano Quitet, que se licencia al mismo tiempo que Jesús se incorpora a filas. Durante su estancia en aquellas tierras hermanas, nuestro biografiado, hombre al que la suerte le acompañaba, se ve favorecido por la lotería, correspondiéndole doce mil pesetas, suma más que importante por aquellos tiempos y que comunica por carta a su novia, Carmen Valero Díez, a la que escribe "Soy rico, y cuando me licencien, nos casamos", cumpliendo lo escrito.” (Gente de Novelda. Fco. Aldeguer Jover. Novelda, 1990)
[iv] “El nuevo matrimonio abre una tienda de ultramarinos en la calle de la Posica, hoy, Tradición y Jesús comienza a viajar para un comerciante local, apellidado Rizo, mientras Carmen, la esposa, se queda al frente del establecimiento. Mazarrón y Águilas, poblaciones murcianas, fueron el destino de sus primeros desplazamientos como representante, pasando más tarde a trabajar en la firma de azafrán de don Elías Escolano, que le envía a Canarias, viaje que le catapultó de modo definitivo hacia los negocios. Se retira Escolano y Jesús clausura la tienda para dedicarse de lleno al azafrán, con la gran ayuda de su esposa y de sus hermanas Carmen y Concheta, contratando a mujeres que trabajan en su "porche". Con el negocio en marcha, Jesús inicia su peregrinaje por España, nombrando representantes y cerrando importantes operaciones. El azafrán lo conseguía de los Alberola y de la Viuda de Toledo, de Motilla del Palancar.” (Gente de Novelda. Fco. Aldeguer Jover. Novelda, 1990).
[v] Fotografía que su hija del mismo nombre, se hizo subida a un caballo de cartón, con sombrero cordobés, mantón de manila, un collar y una flor en el pecho, y que sirvió para ilustrar las carteritas primero, y que después ha sido el emblema de esta gran empresa
[vi] Fue Presidente del Casino los años 1949-1951