APARICIO PELLÍN MIRA (1910-1981)
“El P. Aparicio Pellín Mira nación en Novelda, el 9 de mayo de 1910 y fue bautizado en la iglesia parroquial de San Pedro, el 12 del citado mes.
A los seis años comenzó sus estudios primarios en el Colegio Nacional del que era profesor D. Julio renombrado maestro de la ciudad.
Cuando en el año 1920, los Padres Reparadores, de acuerdo con el presbítero D. Lorenzo Cantó, fundaron un Colegio, el P. Aparicio fue uno de los primeros en acudir a él.
Fue uno de los primeros que se incorporaron al pequeño grupo de “latinos”, como se llamaba entonces a los aspirantes menores de los seminarios.
Por aquellos años se estaba construyendo la primea iglesia del Corazón de Jesús en los terrenos del colegio. El templo se inauguró en el año 1923. Posteriormente Pasaría unos años en la Escuela apostólica de Puente La Reina, hasta finales de junio de 1926, cuando regresó a su pueblo natal juntamente con sus compañeros para la ceremonia de la toma de hábito y el comienzo del periodo de prueba conocido como Postulantado.
A últimos de agosto y acompañado por el P. José Goebels, sacerdote reparador alemán, se traslada a Italia para iniciar su noviciado o periodo de probación. La ceremonia de Profesión tuvo como marco el santuario de Ntra. Sra. de Pace, anejo al noviciado. Dos días después de la Profesión, salía el P. Aparicio hacia Bolonia, con el fin de cursar los años de filosofía en el escolasticado recién inaugurado de la Provincia Italiana.
Terminados los estudios de Filosofía, junto con el Padre Belda, fue enviado a Estrasburgo para cursar Teología y Derecho Canónico en su Universidad, la única Universidad civil de Francia que tenía estos estudios. Residieron durante cinco años en el Colegio Mayor Internacional de la calle Richard Wagner, dependiente de la Universidad.
Al comienzo de verano de 1933, recibieron el diaconado en la catedral de Notre Dame de Treuille, en Lille, de manos del Cardenal Liénard, dirigiéndose después a Puente La Reina para el resto de las vacaciones. El día 30 de noviembre de ese mismo año, fueron ordenados sacerdotes en la capilla del Colegio Mayor de Estrasburgo.
En octubre de 1935 fue nombrado Prefecto de Estudios y Consejero de la Casa en Puente La Reina. Durante este tiempo atendió como capellán a un colegio de religiosas y ejerció el ministerio de la predicación y de la confesión en los pueblos de los alrededores Al término de la Guerra Civil, el P. Aparicio se hará cargo de la dirección del colegio Apostólico de Puente La Reina ostentando este cargo de superior hasta el año 1946, en cuyo verano fue nombrado superior regional. Posteriormente viviría unos años en Salamanca, ejerciendo como Provincial hasta 1953, que fue nombrado superior de la casa de Salamanca, desempeñando este cargo hasta el Capítulo General de 1959, en el que fue nombrado Consejero General, con residencia en Roma.
Al finalizar sus años de Consejero General era muy conocido y estimado por los alumnos del Colegio Mayor Internacional de la Congregación en Roma, con los que mantenía frecuentes y cordiales contactos.
Posteriormente fue destinado a la Casa de Valencia en calidad de capellán del Colegio Mayor San Francisco Javier. Desarrolló una gran actividad en la formación cristiana entre los universitarios. Nombrado superior de la Comunidad prestó también su ayuda a la parroquia que, con el mismo nombre del colegio regentaban los PP Reparadores en Valencia. Asistió como Delegado al XVII Capítulo General de la Congregación celebrado en el año 1979 en Roma. Pero en la primavera de 1980, un infarto de miocardio le avisa que su salud está seriamente amenazada. Durante el tiempo que permanece en la clínica del Consuelo de Valencia, se interesa por su salud un buen número de personas de muchas ciudades y pueblos de España. Algunos, incluso se desplazan para visitarlos, causando admiración de los médicos de la clínica. Ya en parte recuperado, el 14 de noviembre de 1981 asiste a la reunión de Superiores con el Consejo Provincial y participa en la celebración que tuvo lugar en la basílica de Santa Teresa de Alba de Tormes con motivo del IV Centenario de la muerte de la Santa. Esta fue la última asamblea de la Provincia a la que asistió, puesto que falleció el domingo 20 de diciembre de 1981 en la clínica rodeado de sus familiares y varios miembros de la comunidad.
A petición de la familia y por darse la circunstancia de que en su pueblo natal existe una comunidad de los PP Reparadores, los restos mortales del P. Aparicio fueron trasladados a Novelda, donde está enterrado en el panteón de los PP Reparadores en el cementerio de esta ciudad.”
(Texto de José María Sánchez Cremades. Betania 1982.)