En el año 1953, Francisco Martínez Mira, conocido como "Parra", montó un belén cuyas figuras tenían movimiento, con el fin de regalárselo a sus hijos. Al poco tiempo no había niño o niña en Novelda que durante las navidades dejara de visitarlo, generalmente con sus padres, convirtiéndose estas visitas en una tradición popular bien arraigada.
Mediante un engranaje de poleas y cuerdas que él fabricó artesanalmente, movidas por un motor de lavadora de 125 v., "Parra" daba movimiento a las figuras, que en los primeros años eran de barro, rígidas, y que más adelante fue introduciendo pequeñas muñecas y muñecos cuyo cuerpo ya podía articular para lograr mayor movimiento.
En el año 2010, su familia encabezada por su viuda, Ernestina Amorós, cedió este belén a la Asociación de Belenistas de Novelda, con el fin de que lo ubicaran en otro espacio y se encargaran de preservarlo y ponerlo de nuevo a disposición del público.
Con esta finalidad, Alfredo Ayala Ayala y Juan Ramón Domenech Alberola desinteresadamente y ayudados por otros miembros de la Asociación de Belenistas, se pudieron manos a la obra y en menos de dos años consiguieren recuperarlo y ponerlo de nuevo en funcionamiento siguiendo con una fidelidad extrema la idea original concebida por "Parra".
Así, este curioso y tradicional belén se pudo inaugurar el 8 de julio de 2011, quedando instalado en el Museo de Belenes de Novelda.